La modelación científica es el instrumento didáctico que se utiliza en el ambiente de la Escuela Normal María Auxiliadora para ejemplificar la atención a la diversidad, en la interacción cotidiana y en la práctica pedagógica. Ésta constituye una reproducción simplificada de la realidad que cumple una función heurística que permite descubrir nuevas relaciones, cualidades, sentidos y significados en la vida escolar. La modelación científica es la configuración ideal que representa de manera simplificada una teoría en la vida misma. Es un instrumento metodológico que supone una aproximación intuitiva a la realidad y que tiene por función básica la de ayudar a comprender presupuestos teóricos. La aplicación del método de la modelación cobra sentido en la Escuela, porque está íntimamente relacionada con la necesidad de posicionar la riqueza de la diversidad, y encontrar en la interacción cotidiana y pedagógica, acciones específicas que reflejen la inclusión como un principio de la interacción humana.


Esta asunción refleja una filosofía de las relaciones humanas, que representa más que el cumplimiento de una política, un ambiente favorable en el que se privilegia la igualdad de oportunidades y la plena participación, contribuyendo a una educación integral y contextualizada pensada desde la estructura curricular de la escuela, que fomenta la colaboración de todos los miembros de la comunidad educativa. En este sentido, el Programa de Formación Complementaria a través de la modelación científica se convierte en el laboratorio de ejemplificación de acciones pedagógicas y didácticas que favorecen la inclusión en los contextos escolares, desde la riqueza didáctica que aportan los maestros a los procesos educativos de las maestras en formación.


A partir de la estructura curricular se piensa y se vive la práctica pedagógica desde la contextualización de los proceso de enseñanza, es decir, desde las características, estilos, ritmos de los sujetos que aprenden. En este orden, se asume la necesidad de incorporar en el quehacer del maestro en ejercicio y en formación procesos didácticos para la atención educativa a poblaciones diversas y vulnerables. Por ello, se estipula primeramente la modelación de prácticas inclusivas por parte de los maestros en ejercicio, para que las maestras en formación contemplen un referente práctico de la atención a la diversidad desde su propia vivencia de aprendizaje.


Desde el micro-currículo y meso-currículo (plan de clase, plan de estudio) se contempla un apartado para favorecer la diversidad en los procesos formativos de las estudiantes, lo cual propende por una formación integral cimentada en las particularidades de los sujetos que se educan, generando desde la planificación las condiciones para la inclusión educativa, y transformación de la conciencia social en los formadores de maestras. Vale la pena expresar que si la Escuela no ejemplifica la inclusión difícilmente las maestra en formación lo van a hacer, es claro que este principios de interacción humana no se aprende solo a base de sermones, teorías o reproches; es la reflexión pedagógico y el ejemplo lo que se instaura en su repertorio cognitivo y en su quehacer.


En la Escuela Normal es indispensable establecer en la formación de maestras acciones para la atención a la diversidad; esta prioridad es guiada por los principios de riqueza de la diversidad y la ejemplificación (modelación científica), lo cual cobra sentido en lo que se denomina coherencia de vida en el discurso pedagógico de la Normal; porque la palabra enseña pero el ejemplo arrastra. Las maestras en formación tendrán más posibilidades de valorar y aplicar la inclusión educativa si han visto que sus formadores han puesto en práctica acciones efectivas encaminadas a la consecución de tal propósito. La Escuela Normal a partir del Sistema Preventivo ha propiciado un ambiente que educa desde la presencia educativa, el amor y el respeto a la diferencia, lo que ha creado una cultura inclusiva, evidente en la vida institucional, en el interactuar y el reconocer la diferencia del otro, en apreciar las características particulares de cada una de las estudiantes como una riqueza que favorece el crecimiento personal, social y cultural.